Y le preguntan si leyó Santuario de Faulkner
siempre o casi siempre lee la Biblia
cuenta las letras del Tetragrámaton
y las hormigas
leía
el amor
el árbol
el ángel
y esas cosas sin importancia
en las costillas del hombre de Dios
después aprendió el hebreo
para descifrar la epifanía del barro
y no la descifró
como no se descifran
las barcas ni los panes ni las defloraciones
menos aún los taxis que no llevan a la casa paterna
ahora sólo lee y relee
con paciencia y por pedacitos
igual que Leónidas Escudero
esos destellos en las aldeas de la conciencia
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